La vida del crack
28/03/2025 | 20:52 | El “Fenómeno”, campeón del mundo con la Selección de Brasil, reveló por primera vez los detalles más jugosos de sus fiestas privadas en una entrevista explosiva en Charla Podcast.
Ronaldo Nazário, el legendario “Fenómeno” del fútbol mundial, abrió el baúl de los recuerdos y reveló por primera vez los detalles más jugosos de sus fiestas privadas en una entrevista explosiva en Charla Podcast.
A sus 48 años, el brasileño dejó caer una máxima que rigió su vida fuera de la cancha: “En la ciudad en la que jugás, o haces una fiesta en casa o firmás tu muerte”. Y con esa filosofía, confesó cómo llevaba su vida al límite entre goles, aviones y copas.
El exdelantero de Inter, Real Madrid y la selección brasileña no escatimó en anécdotas. “Jugaba el sábado y ese mismo día me iba a París. Pasaba el domingo allá y a la noche, fiesta. El lunes a las siete de la mañana tomaba el avión de vuelta a Madrid, llegaba a las nueve y a las diez estaba entrenando. Esto lo hice muchas veces”, relató con una mezcla de orgullo y picardía.
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Tras la goleada con Argentina, la CBF decidió despedir al entrenador. Sin embargo, existe un nombre en concreto para reemplazarlo.
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Su estrategia era clara: diversificarse y evitar los focos en las ciudades donde era ídolo. “Siempre he sido de organizar fiestas, estructurar cosas de alto nivel y cuidar que todos estén felices”, aseguró.
Pero no todo fue glamour en su relato. Ronaldo recordó un episodio hilarante y doloroso de su época en el Inter junto a su compatriota Vampeta. “Se quedó en mi casa y tenía una bodega con 100 botellas. Me fui a Brasil y cuando volví se había bebido todo”, empezó.
Lo peor llegó cuando Vampeta descubrió una joya de su colección: una botella de 1976, año de su nacimiento, comprada por 10 mil euros en un restaurante parisino. “Era un vino caro, para guardar por simbología, no para tomar. Él y sus amigos lo abrieron en mi apartamento, lo sirvieron en vasos de plástico, dijeron que estaba caliente y le pusieron hielo”, contó entre risas y resignación. Vampeta lo bautizó como “el vino del Papa”, pero para Ronaldo fue una puñalada al corazón.
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El Fenómeno, campeón del mundo en 1994 y 2002, dejó claro que su vida nocturna no era improvisada. “Si salís de fiesta en la ciudad donde jugás, estás firmando tu muerte”, repitió, explicando cómo viajaba para esquivar los escándalos y mantener su imagen intacta.
París se convirtió en su refugio favorito durante su etapa en el Real Madrid, donde combinaba el césped con una agenda paralela que pocos podían seguirle el ritmo.