Creatividad y deporte
20/06/2025 | 14:40 | Desde Francia, el atleta olímpico diseña y vende juegos de mesa que conquistan Europa y Argentina. “Me gusta crear momentos para dejar el celular de lado”, dice.
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En una época marcada por las pantallas y la conexión digital constante, Diego "Chino" Simonet, referente histórico del handball argentino e ícono de Los Gladiadores, encontró en los juegos de mesa una nueva pasión. Desde Montpellier, Francia, donde aún juega profesionalmente, Simonet combina su carrera deportiva con el diseño de juegos que ya se venden con éxito en Europa y en jugueterías argentinas.
“Mi relación con los juegos de mesa nace en Europa, donde son una costumbre. Empecé a traerlos a Argentina para jugar con mi familia, con amigos y con la selección. Me provocaba algo hermoso: un momento de unión, de dejar la tecnología y sentarnos alrededor de una mesa. Era un espacio de conexión”, cuenta Simonet en diálogo con La Argentina Posible en Cadena 3.
El salto de jugador a creador llegó de forma natural. “Siempre inventé juegos para amigos, sobre todo en previas, pero con 1812 quise crear algo más grande. Un juego familiar, educativo y sin texto, que cualquiera pudiera jugar sin importar el idioma”, explica. "1812" es un juego cooperativo que busca reconstruir la historia de cómo se creó la Bandera Argentina, a través de asociaciones de imágenes.
Luego llegarían "Los secretos de la Torre Eiffel" y "Olympikos", este último ya distribuido por ToyCo en Argentina y por Blackrock Games en Francia. “No hace falta saber de deportes para jugar Olympikos. Es de asociación de imágenes y tiene mucha velocidad. Buscamos que sea familiar, divertido y educativo a la vez. Estamos en tratativas para que sea el juego oficial de Los Ángeles 2028”, adelanta.
Detrás de cada juego hay un trabajo artesanal y colaborativo. “En 1812, el ilustrador Rodríguez Valsagna hizo más de 250 ilustraciones. Yo edité y fabriqué todo. En Olympikos, trabajamos con ilustradores como Sebastián Domenech y Mariano Ayerdi, y con el autor francés Antonin Boccara. Es un esfuerzo colectivo”, detalla.
En un mundo digitalizado, Simonet apuesta a lo tangible: “Creo que vamos a valorar aún más esos momentos de mirarse a los ojos y jugar con objetos reales. En Argentina todavía no está tan instalada la costumbre, pero está creciendo. Muchas madres me escriben contándome que lograron que sus hijos dejen el celular por un rato gracias a estos juegos”.
Aunque hoy sus emprendimientos lúdicos no le generan una gran ganancia, el Chino no pierde el entusiasmo: “Es más un hobby. No gano plata, pero tampoco pierdo. Me doy el gusto de hacerlo. En el futuro, esto me va a dar una espalda para encarar nuevos proyectos”.
Simonet concluye con una filosofía que aplica tanto en la cancha como en la vida: “No hay que quedarse solo con lo que uno sabe. Hay que animarse a crear, a aprender cosas nuevas. Si me salió con los juegos, fue porque me animé”.
Desde la camiseta celeste y blanca hasta las cartas de un juego educativo, Diego Simonet sigue apostando por conectar, inspirar y unir personas. Porque, como él mismo dice, “la esencia humana es tocar, sentir y compartir. Y eso no pasa por una pantalla”.
Entrevista de Claudio Giglioni