Caso Wanda Nara y Mauro Icardi
03/07/2025 | 20:22 | Francesca e Isabella, de 8 y 10 años, viven un momento delicado. La psicóloga Daniela Gasparini advierte sobre el daño emocional que puede generar la separación de sus padres.
Las niñas Francesca e Isabella Icardi atravesaron un momento complicado marcado por el "impacto psicológico nocivo e invasivo" experimentado durante la revinculación con su padre, Mauro Icardi. Este escenario no se limita a una mera disputa legal entre Wanda Nara y Icardi, ya que sus repercusiones podrían extenderse, haciendo que aparezcan situaciones de bullying y otros problemas emocionales, advirtió la psicóloga infanto-juvenil Daniela Gasparini.
En una conversación con la Agencia Noticias Argentinas, la licenciada mencionó: “La separación de los padres no debería ser conflictiva para los niños, niñas y adolescentes. Debe ocurrir en un ambiente seguro, con responsabilidad y protección de los derechos infantiles, cuidando sus emociones, siendo francos con ellos y apoyándolos en el proceso de duelo que podría surgir.”
Continuó explicando que “si la separación se maneja de forma responsable y está alineada a la salud psíquica de los chicos, deberían evitarse inconvenientes. Sin embargo, cuando surgen conflictos y hay un exceso de exposición pública, no solo afectan las emociones y la salud mental de los hijos, sino también las narrativas que se construyen alrededor de estas circunstancias.”
Se conocieron casos en los que Icardi rechazó asistir a ciertos eventos familiares, como cumpleaños, o cuando Wanda lloraba delante de sus hijas. En este sentido, la experta subrayó que “en situaciones tan complejas como la de Wanda e Icardi, que involucra nuevas parejas y relaciones que son igualmente públicas, se difumina la frontera entre lo privado y lo público, lo que poco beneficia a la salud mental de los chicos.”
“Esta exposición genera un impacto emocional que puede ser dañino, especialmente cuando estos conflictos terminan en instancias judiciales. Las estrategias legales que favorecen a una de las partes pueden provocar reacciones emocionales negativas en los niños involucrados,” agregó Gasparini.
Además, la profesional se refirió a la existencia de discursos despectivos y anónimos en diversas plataformas digitales, que afectan emocionalmente a los niños y aquellos que interactúan con el contexto de esta famosa pareja. Las situaciones de acoso, bullying y ciberbullying, proliferan en estos ambientes, contribuyendo a un deterioro de la salud mental de los menores.
El contexto presenta la necesidad de discutir la participación de las nuevas parejas en el proceso de revinculación familiar. “La estructura familiar contemporánea ha cambiado, con una alta frecuencia de separaciones y familias reconfigurándose. No se cuestiona que los padres establezcan nuevas relaciones, sino la forma en que ese proceso se desarrolla, si considera el aspecto emocional de los niños, si se les escucha y si se les comunica adecuadamente,” opinó la psicóloga.
El enfoque debe centrarse en respetar el proceso emocional de los hijos, fomentar el diálogo y la comunicación responsable. “No es suficiente con informarles sobre decisiones, también hay que prestar atención a sus sentimientos y emociones en relación a estos cambios,” concluyó.
Los preadolescentes, en particular, se encuentran en una etapa crítica entre los 8 y 14 años, altamente expuestos tanto en lo físico como en lo virtual. Los relatos que surgen de este tipo de situaciones generan un impacto psicológico considerable en cualquier adolescente. Los efectos son particularmente graves para los más vulnerables, como lo son los niños en estas circunstancias.
“El daño psicológico observado es nocivo e invasivo, lo que plantea la necesidad de considerar los derechos de estas niñas en un entorno judicial complejo, donde se debe priorizar su salud mental.”