Boca Juniors y Bayern Múnich se midieron en el Hard Rock Stadium de Miami, en el marco de la segunda fecha del Grupo C del Mundial de Clubes 2025. A los 8 minutos de juego, el equipo alemán se adelantó en el marcador con un gol olímpico de Michael Olise. A pesar del temprano golpe, Boca buscó reponerse y mantener la posesión del balón. El árbitro, tras una falta de Serge Gnabry sobre el arquero Agustín Marchesín, frenó el juego al considerar que no hubo infracción suficiente para marcar penal.

En los primeros minutos, se sucedieron varias jugadas clave que pusieron a prueba la defensa del “Xeneize”. Kingsley Coman probó un tiro desde fuera del área, pero la pelota salió desviado y terminó en la tribuna. Poco después, el árbitro se acercó al VAR para revisar una jugada que generó dudas entre los jugadores. Boca, a pesar de estar en desventaja, mostró determinación al querer dominar el juego y generar situaciones de peligro.

Durante el transcurso de la primera parte, la hinchada de Boca se hizo sentir, manteniendo un ambiente de aliento y apoyo. El equipo, después de haber empatado 2-2 con Benfica en su primer partido, necesitaba al menos un empate o una victoria para seguir con posibilidades de avanzar en el torneo. Bayern, en su encuentro anterior, había goleado al Auckland City 10-0, posicionándose de manera favorable en el grupo.

El encuentro presentaba un alto nivel de tensión y expectativa. El técnico de Boca, Miguel Ángel Russo, pudo contar con un once inicial sólido, mientras que en el Bayern la figura del arquero Manuel Neuer se destacaba. Con una estrategia cuidada, Boca intentó desarticular las ofensivas del gigante alemán, contrarrestando cada avance con una defensa organizada.

La defensa de Boca tuvo que trabajar arduamente para cerrar espacios ante los constantes intentos del Bayern, destacándose jugadores como Di Lollo y Advíncula en la contención. El conjunto argentino buscó respuestas ofensivas con sus delanteros, que intentaron inquietar la sólida defensa alemana. A medida que se avanzó en el partido, la presión creció, dejando una atmósfera de incertidumbre sobre el resultado final.

Con el partido en marcha y los primeros 45 minutos ya transcurridos, la expectativa se instaló entre los aficionados, quienes aguardaban ansiosos qué depararía la segunda parte del encuentro. El resultado no solo influiría en la clasificación de Boca, sino que también se convertiría en un factor de motivación para los siguientes encuentros en el torneo de clubes más prestigioso del mundo.