Juliana Marins, una publicista brasileña de 26 años, fue encontrada sin vida el pasado martes en una ladera del Monte Rinjani, un volcán activo en Indonesia, tras tres días de intensa búsqueda. 

La joven, que realizaba el viaje de sus sueños por Asia, cayó durante una excursión guiada en la ruta Pelawangan Sembalun, en una zona peligrosa entre los 2.600 y 3.000 metros de altitud. 

Su cuerpo fue localizado a 650 metros bajo el punto de la caída, tras una operación de rescate que enfrentó lluvias, neblina y terreno inestable.

En una conmovedora carta abierta publicada en Instagram el miércoles 25, su padre, Manoel Marins, expresó su dolor y orgullo: “Te fuiste haciendo lo que más te gustaba”, escribió, destacando la independencia de Juliana, quien financió su aventura con sus ahorros como publicista. 

“Al inicio de este año nos dijiste que harías este viaje de mochilera ahora mientras eras joven y nosotros te apoyamos. Cuando te pregunté si querías que te diéramos algo de dinero, nos dijiste: ‘jamás’”, relató Manoel. 

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La carta refleja planes truncados, como volar juntos en parapente para su cumpleaños, y describe a Juliana como “traviesa, inquieta, de sonrisa hermosa y con inmensas ganas de vivir intensamente”.

Juliana, apasionada por el senderismo, la escalada y el pole dance, había recorrido Filipinas, Vietnam y Tailandia desde febrero. La tragedia ocurrió el viernes 21, cuando cayó en la zona de Cemara Nunggal. La alarma se dio tras un mensaje de turistas que encontraron su perfil en redes. 

La Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate de Indonesia (Basarnas) desplegó seis equipos, dos helicópteros y herramientas especializadas. La operación, que duró siete horas el miércoles, culminó con la recuperación del cuerpo, trasladado al hospital Bayangkara para su repatriación.

Manoel, quien viajó a Indonesia con esperanzas de encontrar a su hija con vida, recibió la noticia de su fallecimiento al llegar. “Vuela, Jujú, vuela a los brazos del Padre Eterno”, escribió, asegurando que su presencia permanecerá en el hogar y los corazones de su familia. 

Las autoridades indonesias y brasileñas coordinan ahora los trámites para el retorno de sus restos.