El presidente de Boca, Juan Román Riquelme, no viajó con la delegación hacia Estados Unidos para participar en el Mundial de Clubes, ya que se quedó en Buenos Aires para reunirse con el mediocampista Leandro Paredes. Este último, quien se encuentra hoy en la Roma de Italia, podría regresar al club tras 11 años de su salida.

La delegación de Boca partió el pasado domingo desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza con dirección a Miami, donde debutará el próximo lunes ante el Benfica de Portugal en el Hard Rock Stadium. La ausencia de Riquelme en el vuelo se debió a su intención de definir el futuro de Paredes, quien es visto como una pieza clave para el equipo en el segundo semestre del año.

Desde la directiva de Boca se planteó la posibilidad de avanzar en la incorporación de Paredes para afrontar la doble competencia, ya que su llegada no sería considerada para el Mundial de Clubes debido a que ya está descartada. Riquelme se reunió nuevamente con el jugador para discutir una propuesta contractual, con la esperanza de llegar a un acuerdo que permita activar la cláusula de rescisión de 3.5 millones de dólares que Paredes tiene con la Roma.

En cuanto a la plantilla, el defensor central Marco Pellegrino, quien llegó como refuerzo, podría perderse la oportunidad de disputar el Mundial de Clubes debido a un desgarro que le fue detectado durante su revisión médica. Este problema de salud surgió tras su participación en el Torneo Apertura con Huracán, donde fue subcampeón y mostró un buen rendimiento.

Pellegrino se sometió a la evaluación médica antes del viaje a Estados Unidos, pero se descubrió el desgarro que contrajo días antes de jugar la final contra Platense. Aunque se infiltró para jugar el partido decisivo, su condición se vio comprometida, lo que lo alejaría de la competencia, al menos en la fase de grupos del Mundial de Clubes.