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La especialidad del Senado: el sigilo y casi 5.000 empleados

 

19/04/2024 | 12:51

Adrián Simioni

Adrián Simioni

De todo lo que molesta en el Senado, una de las cosas es el sigilo, el ocultamiento, el arte de la simulación y la disimulación con que decidió el aumento de dietas. Eso de levantar la manito como quien se fija si hay viento. La Gran Lousteau.

Al fin y al cabo, tampoco era razonable que siguieran cobrando 1,9 millones. Los del interior necesitan alquilar, de entrada, un depto en CABA: 400 lucas para empezar a hablar. Pero molesta que no lo hagan de frente.

Pero no sólo hicieron eso. Dejaron armada otra cuestión para no tener que volver a exponerse en el políticamente incorrecto trámite de subirse los sueldos. Antes lo hacían enganchando sus sueldos a los de los empleados legislativos. Si “tenían” que subirles a los empleados, también cobraban ellos. Eso fue derogado por presión de Javier Milei.

Pero lo volvieron a restituir. ¿Cómo? En lugar de establecer el sueldo de los empleados en pesos, lo ponen en una unidad llamada “módulo”, como si fuera la unidad UVA. Y ahora fijaron las dietas también en módulo. Cosa de que, a futuro, lo que se haga sea subir la abstracción del “módulo”. Y de ahí, automáticamente, suben también las dietas. Sigilo.

Pero lo verdaderamente sigiloso es el gasto global en sueldos del Senado. Por empezar, tiene nada menos que 4.683 empleados, en los que gastó en marzo, antes del último aumento, casi 6.000 millones en sueldos: casi 1,3 millón por barba.

El mayor sigilo está puesto en que nadie pregunte qué hace tanta gente sospechada de acomodo en el Senado. Yo se los cuento pero si me prometen que no se lo van a tomar a pecho.

Enumerar la cantidad de direcciones burocráticas, los ministerios del Senado, es muy cansador. Pero hay para todos los gustos. Hay por ejemplo una Dirección de la Gesta de Malvinas. Hay una Dirección de Museo Parlamentario. Hay una dirección de Relaciones Oficiales, porque, aparentemente el Senado mantiene relaciones extraoficiales, vaya a saber con quién. La Dirección de Asuntos Globales es otro misterio. Sobre todo porque parece superponerse a la Dirección de Relaciones Internacionales, a la de Relaciones Bilaterales y a la Relaciones con América Latina.

Parecido a la Dirección de Personal, que se superpone a la de Recursos Humanos. Entre las dos tienen 130 empleados. Imagínense una empresa privada que tenga 130 empleados para administrar a los demás. ¿Con qué lo pagaría?

Tenemos a la Dirección de Obras y Mantenimiento junto a la Dirección de Infraestructura Tecnológica. 280 tipos en total. El Senado podría construir varios edificios al año.

También están la Dirección de Comunicaciones y la Dirección General de Comunicación, que están aparte de los prenseros de cada senador. Usualmente es el cementerio de elefantes donde los legisladores que se van colocan a experiodistas que trabajaron para ellos: otras 120 personas dedicadas a “comunicar” a las que hay que pagarles sueldo y jubilación de por vida.

La superpoblación es grosa. En la Dirección de Automotores por ejemplo hay 105 empleados. El Senado es la concesionaria de coches más grande del país.

Y, por las dudas de que les llegara a faltar alguna dirección más de todas las que tienen o lugares donde colocar gente, los senadores tienen una Dirección de Servicios Generales, un misterio, donde pastan… atención… 709 empleados.

Todos sigilosamente designados y pagados.

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