Política esquina Economía

La oposición light será socia de un fracaso, pero no de un éxito

 

22/05/2024 | 12:46

Adrián Simioni

Adrián Simioni

Listo. Ya está. El Congreso de la Nación no sólo no le sacará una sola ley a favor a Javier Milei. Es más: coquetea con sacarle leyes en contra para hundirle su único éxito, que es haber empezado a bajar la inflación a costa de un ajuste hecho de pecho y con un futuro en duda. Hay tres grupos.

El grupo A es el kirchnerismo. Son más de 130 diputados y senadores. De ellos no se podía esperar nada. Los K fueron leales: desde el comienzo avisaron que se oponían a todo. Ellos son la nuez de la casta que ha vivido del Estado en los últimos 20 años y no iban a aceptar perder sus cajas, sus cargos y sus militantes rentados.

El grupo B es el PRO, que en su mayoría optó por apoyar sin reservas a Milei. Unos 45 diputados y senadores.

El tema son los demás: el grupo C. Son los opositores “light”. Algunos se presentaron como acompañantes “críticos” de Milei, otros como dialoguistas. Son unos 80 diputados y senadores. Ahí están los peronistas no K y, sobre todo, los radicales.

Este es el grupo que por h o por b le terminó encontrando el pelo a todos los huevos. Arrugaron con el DNU, arrugaron con la ley ómnibus y arrugaron con la ley Bases. No importa que el gobierno fuera cediendo a todo lo que iban exigiendo. Al final no quedó nada. Se opusieron a todo. Ni siquiera lo hicieron siempre por convicción o porque les hubiera tocado afrontar el ajuste, dado que casi no gobiernan en ningún lado. No, se opusieron más que nada por mera corrección política, por terror a que el kirchnerismo les haga lo que siempre les hizo: correrlos por izquierda con falsas extorsiones morales. Terminaron jugando para el goce K: impedirle a Milei tener su foto con gobernadores este fin de semana en Córdoba.

Terminaron poniéndole peros hasta al RIGI, el régimen de promoción de inversiones al que hasta exfuncionarios K lo encuentran razonable si es que Argentina quiere inversiones para la minería, los puertos, hornos siderúrgicos o infraestructura para poder exportar el gas de Vaca Muerta. Sin Rigi seremos mucho más soberanos pero también más miserables.

Lo insólito es que esta oposición light no tiene un plan. Como al final sólo ponen peros y emoticones tristes, terminan jugando igual que el kirchnerismo: el plan es que todo siga igual, sin cambiar el modelo inflacionario a base de Estado grande y bobo que nos trajo hasta acá.

Como proyecto político, el de la oposición light es un tiro en el pie. Si Milei fracasa, ellos quedarán asociados al fracaso, por no haberlo ayudado después de haber dicho que lo harían. Y si a Milei le llega a ir bien, no quedarán asociados a su éxito. Se los acaba de decir Milei: “Me importa tres carajos. Cualquier ley que saquen en el Congreso para romper la caja y hacer volar este país por los aires, se los voy a vetar”. Milei ya sabe que no puede contar con ellos. Que no se puede ir ni a la esquina con quienes se ponen a debatir si las cortinas tienen que ser blancas o cremita mientras se les incendia el living. Ya fue. Si no hay incendio, no será gracias a ellos. Y si hay incendio, en parte será porque ellos estaban discutiendo sobre el color de las cortinas.

Te puede interesar

Los Caligaris llevan su "Barrio de Gala" al Movistar Arena de Colombia

Conocé quiénes son los nuevos ganadores del sorteo de Cadena Heat y Vino Toro

Córdoba Anime Fest: habrá show holográfico, homenaje a Akira Toriyama y más