28/12/2011 | 16:25
En el principio de los tiempos, se juntaron varios demonios para hacer una travesura.
Uno de ellos dijo:
-¿Por qué no fastidiamos a los humanos quitándoles algo?
-¿Y qué le quitamos? Dijeron los demás.
Después de pensar un rato, uno de ellos dijo:
¡Ya sé!, vamos a quitarle la felicidad.
-¡Sí, sí! dijeron todos, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren.
Uno de ellos propuso:
-Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
-No, dijo otro demonio, recuerda que tienen fuerza, alguien podría subir y encontrarla. Entonces todos sabrían donde encontrarla.
Luego habló otro:
-Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.
-No, contestó otro, tienen submarinos y podrían encontrarla fácilmente.
Otro dijo:
-Escondámosla en un planeta lejano a la tierra.
-No, respondieron algunos, tienen naves espaciales y tecnología suficiente para encontrarla en cualquier planeta, seguro que la descubrirían y todos encontrarían la felicidad.
Había un demonio que había permanecido en silencio escuchando y analizando atentamente cada una de las respuestas de los demás demonios y cuando todos se callaron dijo:
-Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren.
Todos lo miraron asombrados y preguntaron al mismo tiempo:
-¿Dónde?
El demonio respondió:
-La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola en todas partes, que nunca la encontrarán.
Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces a sido así:
"El ser humano se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que sólo la encontrará en su interior"
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